lunes, 1 de agosto de 2011

Carnaval de Oruro


Carnaval de Oruro
Historia
Durante los tiempos de la colonia española en la región, a partir del siglo XV hasta la primera mitad del siglo XIX, las antiguas creencias andinas fueron mezcladas con las nuevas tradiciones cristianas. Las tradiciones adoptaron nueva iconografía y las celebraciones adoptaros un nuevo significado durante las guerras de independencia hispanoamericanas. El carnaval de Oruro en el tiempo y espacio, género un proceso de convivencia entre culturas en tres momentos o periodos de la historia.
Periodo Prehispánico
Se presenta la interculturalidad de los pueblos preincaicos, pre-hispánicos, cazadores, lacustres, agrícolas, ganaderos altiplánicos y otros de las tierras bajas. Desde épocas remotas Jururu (Uru Uru), hoy Oruro fue un centro de peregrinación religiosa del mundo andino, hacia la sagrada serranía de los Urus que contaba con deidades protectoras llamadas Wakas, apus o achachilas, estas deidades eran Jampatukollo (cerro Sapo), Argentillo Arankani (cerro lagarto), la víbora (Quwak), el cóndor y Wakallusta (Resbaladero de Ídolos) entre otros. Tras la conquista del Imperio Incaico, estos trataron de introducir su religión mediante convirtiendo a Wari en un semidiós malvado y a las wakas o Apus sagrados en plagas, petrificadas por la Ñusta Incaica. Así los urus debían adorar solo a pachacamaj representado por Inti.[cita requerida] Los españoles a partir de la conquista y coloniaje produjeron un singular sincretismo religioso de transculturización con Huari (Wari), sintetizado en el TIO que quedo como el diablo Universal y junto a la pachamama, la ÑUSTA que llego a ser la VIRGEN DEL SOCAVON.
Periodo Colonial
Se expresa a partir del encuentro del mundo occidental (españoles) con las culturas nativas de la región. El hecho fue generando sus propios mecanismos sociales de salvaguarda que se iniciaron en 1789 cuando la iglesia católica entroniza oficialmente la imagen de la virgen candelaria que es venerada dentro la festividad del Carnaval, por eso la fecha movible. Los mineros crean la comparsa de diablos que rendiría su homenaje a la virgen del socavón los sábados de carnaval, días que tenían libre del trabajo en la mina. Por órdenes del gobierno colonial español de Lima, las celebraciones fueron prohibidas a lo largo del siglo XVII, aunque se mantuvieron y revivieron por parte de los pueblos originarios bajo los rituales católicos de la Fiesta de la Candelaria (o purificación de la Virgen). Los íconos cristianos reemplazaron así a las deidades nativas, con el cambio de los santos por los elementos menores de la cosmología inca. En 1818 el párroco de Oruro, Ladislao Montealegre, escribió la obra Narrativa de los siete pecados capitales, para la cual, según Harris y Fortún, se habría presentado elementos del Ball de diables catalán como ser la diablesa, que en la diablada es denominada China Supay y en donde el diablo lidera a los siete pecados capitales en batalla en contra de las virtudes opuestas y un angel. Harris sugiere que Montealegre podría haber querido representar la amenaza de la Rebelión de Oruro y el contexto histórico con esta obra.
Virgen de la candelaria
En 1559, solicitados por el encomendero de Paria, Lorenzo de Aldana, los padres Agustinos vinieron desde España y se dedicaron a la evangelización del Altiplano boliviano. Sus primeras llegadas son en Challacollo, Paria, Toledo y Capinota en este año. El encomendero de Paria, Lorenzo de Aldana, había creado un Mayorazgo o fundación benéfica a favor de la religión y de los indígenas encomendados a él, Aldana muere en el 1573, diez años antes que Francisco Tito Yupanqui tallara, en 1583, la Imagen de la Candelaria para el santuario de Copacabana, igualmente confiado a los Agustinos en 1588. Aldana había nacido en 1508 en Extremadura, en la ciudad de Cáceres, donde era grande la devoción a la Virgen de la Candelaria.
Los Agustinos traían una fuerte devoción mariana desde España, donde la fiesta de la Candelaria se había establecido ya en el siglo XI como una de las cuatro principales fiestas marianas. Saliendo de España, habían tocado como último puerto, antes de cruzar el océano, Tenerife, en las Islas Canarias, donde existía un Santuario dedicado a la Virgen de la Candelaria. De ahí la devoción a la Candelaria “se había popularizado especialmente entre los marineros que la tomaron como abogada y la izaron al lado de los timones en las procelosas travesías hacia América.
Independencia y la transición al carnaval
En Oruro existe el santuario en honor a la Virgen del Socavón (nombre dado a la Virgen de la Candelaria en Oruro) quien era venerada originalmente el 2 de febrero al igual que en otras partes de la región, pero esta fecha se desplazó a las fechas del carnaval en esta ciudad; esta transición fue producto de la guerra de la independencia boliviana.

Existe una leyenda que cuenta que durante el sábado de carnaval del año 1789 un bandido llamado Anselmo Bellarmino conocido como el Nina-Nina o Chiru-Chiru fue mortalmente herido en una pelea callejera y antes de morir él fue confrontado por la Virgen de la Candelaria. Algunas versiones dicen que él solía adorar a una imagen de tamaño natural de la Virgen pintada en una pared de una casa abandonada, otros dicen que esta pintura apareció milagrosamente en la casa del bandido tras su muerte, también se dice que el cura Carlos Borromeo Mantilla escuchó la confesión de Anselmo Belardino quien confesó haber raptado a Lorenza Chuquiamo, en la confesión declaró haber sido socorrido por una joven que prendía dos cirios en la cima de cerro Pie de Gallo. Esta leyenda concluye con el relato de una tropa de diablos danzando en honor a la Virgen durante el carnaval del año siguiente. El santuario presente en Oruro fue completado para el año 1891.
Sin embargo, de acuerdo al doctor en estudios religiosos y director ejecutivo del Consejo de Humanidades de Wisconsin en la Universidad de Wisconsin-Madison, Max Harris, esta leyenda estaría relacionada a una realidad histórica. Durante la rebelión de Túpac Amaru II, que comenzó en Cuzco y se expandió a lo largo de los Andes, Oruro experimentó una breve pero sangrienta revolución. Durante la noche del sábado 10 de febrero de 1781, la mayoría criolla atacó a la minoría gobernante conformada por chapetones o descendientes directos de españoles nacidos en el cono sur. Con la llegada del ejército indígena, los criollos formaron una alianza.
El 15 de febrero, un mensajero llegó a Oruro con órdenes de Túpac Amaru II. Él había instruido a su ejército respetar a las iglesias y al clérigo, no hacer daño a los criollos, y sólo procesar a los chapetones. Aseguró también la victoria al entrar a La Paz "por carnestolendas", la ocupación indígena de Oruro se había comenzado a retirar dejando miles de muertos. Pero durante marzo y abril ellos lanzaron más ataques a la ciudad pero esta vez en contra de los criollos y los españoles restantes quienes unificaron fuerzas para repelerlos.
Harris observa que el carnaval del año 1781, cayó el 24 de febrero, colocando la ocupación de Oruro exactamente entre la fiesta de la Candelaria y carnaval, tornando esta situación en palabras de Harris "carnavalesca". Procesiones religiosas compartieron su espacio con desfiles seculares, europeos y criollos se disfrazaban como indígenas, casos como la de un español disfrazado de mujer en un vano intento de salvar su vida y miles de hombres armados en las calles de la ciudad colonial. Para el 19 de febrero la gente en la ciudad a pesar del conflicto continuó celebrando y durante carnaval, los mercados de la ciudad estaban llenos de ladrones vendiendo el oro y la plata saqueados nuevamente a sus dueños o a los cholos y mestizos. Para el año 1784 era ya costumbre regocijar, bailar, jugar y formar comparsas para el carnaval de Oruro.
Harris considera que es con este trasfondo que la leyenda de la Virgen del Socavón de 1789 apareció favoreciendo a la rebelión ya que los indígenas veneraban a la Virgen de la Candelaria, mientras que los chapetones solían venerar a la Virgen del Rosario. Según las creencias de los revolucionarios, la Virgen del Socavón habría tolerado a las deidades indígenas o "demonios" y, según Harris, si la leyenda es correcta, para 1790 los mineros de Oruro habrían movido la celebración de la Candelaria para carnaval y habrían añadido a los dioses indígenas, enmascarados como diablos cristianos, a las festividades.
Una generación después, en 1825, Bolivia alcanzó su independencia, la diablada y el carnaval adoptaron un nuevo significado para los residentes de Oruro. Dos de las comparsas de diablada y la calle desde la cual el desfile comienza recibieron sus nombres en honor a Sebastián Pagador, uno de los héroes criollos de la revuelta. La plaza principal que está en la ruta del carnaval hacia el santuario de la Virgen del Socavón se denomina Plaza 10 de febrero recordando la fecha de la rebelión.
Periodo Post Colonial o Republicano
Periodo más complejo donde surge la tolerancia entre la fe, las religiones y la creatividad. La conducta Social y popular de la época impone una mentalidad de conservadurismo segregador e inquisidor desde la colonia, por esa razón los cholos y criollos organizados en cofradías participan de forma clandestina y protegidos en el anonimato por la MÁSCARA, haciendo así su presencia en este espacio y tiempo sagrado de los INDIOS uniendo los rituales del hombre andino con los católico. Las danzas son discriminadas por la clase pudiente de la sociedad denominándolas “danzas de la Indiada”, porque solamente los indígenas o campesinos las danzaban. Danzas que nacen como sátira hacia los españoles y sus esclavos negros, que habitaron esta región y fueron participes de la Rebelión de Oruro de 1781 donde existían compañías de Españoles, mestizos, criollos y negros. Tras la confrontación bélica de Bolivia y Paraguay se genera un encuentro del hombre del campo con el de la ciudad, del hombre del oriente, con los del valle y los del altiplano que se confunden en una sola trinchera y conocen más allá de la suya la realidad nacional, este hecho histórico marco a estas clases y tomaron una conciencia nacionalista, las comparsas de diablos, comparsas de morenos y otros, participes del carnaval de Oruro, empiezan a sufrir un cambio en su denominación, las “Danzas de la Indiada” se llamarían: Diablada, Morenada, llamerada, etc. Esas danzas de la Indiada Orureña serian aceptadas por la mayoría de la sociedad, la convivencia en la Guerra del Chaco hizo que el citadino tomara estas manifestaciones culturales como propias, y empezara crear agrupaciones nuevas de comparsas mostrando voluntad organizativa, creadora, aportando con su intelecto para rendir su devoción a la Virgen del Socavón en el Carnaval de Oruro.
Actualidad
La celebración se realiza en la ciudad de Oruro, la cual es considerada la capital folclórica de Bolivia.En el carnaval de Oruro aun conviven la religión pagana y católica, mostrando ante el mundo su sincretismo religioso único, tres días antes al sábado de peregrinación hacia el santuario del socavón por parte de los 48 conjuntos, la gente visita al cóndor y una semana después la a la víbora al sur de la ciudad, el sapo al norte y al este los arenales (hormigas). El carnaval de Oruro parte de la estructura temporal lluviosa del altiplano (jallupacha) que se inicia con los rituales de NOVIEMBRE relacionado al culto de los muertos en “TODO SANTOS” (Siguiente semana el primer convite del carnaval), periodo que se extiende hasta FEBRERO (Entrada de peregrinación hacia la Virgen del Socavón).
De acuerdo a la Ley 602 de la República de Bolivia, son organizadores del Carnaval de Oruro: La Alcaldía Municipal de Oruro, la Asociación de Conjuntos del Folklore (A.C.F.O.) y el Comité Departamental de Etnografía y Folklore de Oruro. En la actualidad, las más importantes celebraciones se centran en el Santuario del Socavón. Son 18 las especialidades de danzas, siendo 48 los conjuntos folklóricos inscriptos en la A.C.F.O. Todo finaliza con dos representaciones teatrales de obras católicas que se centran una en la conquista española y otra sobre el triunfo del arcángel Miguel sobre el Demonio.

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